Disfunción sexual e hipertensión

Lo que debes saber

La relación entre hipertensión y sexualidad es mucho más estrecha de lo que podemos pensar. Lo mejor es prevenir que la aparición del trastorno, ya que su diagnóstico es frecuente. El tratamiento antihipertensivo debería siempre inicíarse cuando la PA es de 140/90 mmHgo mayor. La disfunción eréctil es un problema que afecta a muchos hombres. […]

La relación entre hipertensión y sexualidad es mucho más estrecha de lo que podemos pensar. Lo mejor es prevenir que la aparición del trastorno, ya que su diagnóstico es frecuente. El tratamiento antihipertensivo debería siempre inicíarse cuando la PA es de 140/90 mmHgo mayor.

La disfunción eréctil es un problema que afecta a muchos hombres. De hecho, solo en España un 52% de los hombres han experimentado problemas de erección.

Se ha descubierto que los hombres hipertensos tienen una prevalencia más alta de tener disfunción eréctil.

Cuando la fuerza que la sangre ejerce contra las arterias al circular por ellas es demasiado elevada nos encontramos ante un caso de hipertensión.

Una dieta poco sana, la obesidad, la edad, ser fumador habitual o la inactividad física pueden hacer que este trastorno aparezca.

El inicio del tratamiento en el rango normal alto no es actualmente apoyado por los resultados de la evidencia de los estudios.

 No obstante, puede ser recomendable, cuando está presente la microalbuminuria, por la evidencia de su favorable efecto sobre la regresión y progresión de este signo de daño orgánico.

Las mujeres hipertensas también pueden manifestar disfunción sexual

No solo los hombres sufren las consecuencias de la hipertensión.

Las mujeres también pueden notar cómo su sexualidad se ve afectada debido a este trastorno. En algunos casos, los problemas están relacionados, a su vez, con la lubricación, lo que provoca dolores y molestias durante las relaciones sexuales.

Según el estudio APLAUDE, hasta un 18% de las mujeres hipertensas manifiestan DS (disfunción sexual).

Se ha de tener presente que, una vez este trastorno ha sido diagnosticado, los fármacos pueden influir en la sexualidad provocando, sobre todo, un efecto negativo en la excitación sexual y el orgasmo.

Estos son los simpatolíticos (clonidina, alfametildopa, reserpina, guanetidina), betabloqueantes (propranolol, betapindol, atenolol, metoprolol) y diuréticos (tiazídicos, espironolactona, antialdosterónicos), los cuales se deben evitar.

Siempre debería incluirse un bloqueante de los receptores de renina-angiotensina debido a la evidencia de su superior efecto protector sobre el inicio o la progresión de nefropatía y no afectan la función sexual.

En caso de que sea necesario un tratamiento combinado, se puede agregar indapamida, como diurético.

Posibles tratamientos

Respecto a los llamados fármacos clásicos, en el tratamiento de la hipertensión arterial, diuréticos y beta_bloqueantes, hay que decir que sus efectos, sobre la sexualidad y sobre los factores de riesgo metabólicos son desfavorables.

Esto se explica porque aumentan la insulinorresistencia que se encuentra en el 50% de los hipertensos, y en la inmensa mayoría de los hipertensos con diabetes tipo 2.

Los metaanálisis de los ensayos disponibles muestran que en diabetes, todas las clases de antihipertensivos protegen de las complicaciones CV( cardiovasculares), probablemente debido al efecto protector del descenso de PA( presión arterial), por sí mismo, ser considerados.

En la diabetes, el tratamiento combinado suele ser necesario para una bajada efectiva de PA.

En hipertensos diabéticos, el ajuste del control de glucosa (HbA1C hasta 6,5%) es beneficioso, particularmente en las complicaciones microvasculares.

La mayoría de las disfunciones sexuales tienen una etiología multifactorial y determinadas enfermedades crónicas causan o están asociadas a disfunciones sexuales con mucha frecuencia, incluso algunos fármacos de uso común en estas enfermedades pueden generar alteraciones sexuales.

Hipertensión y disfunción sexual.

La hipertensión arterial puede ser causa condicionante y, en ocasiones, determinante de la disfunción sexual en el hombre, siendo la disfunción eréctil una de las patologías más prevalentes y mejor conocidas dentro del capítulo de las disfunciones sexuales.

 La prevalencia de disfunción eréctil en la población hipertensa puede alcanzar el 50%, siendo más grave que en la población general.

En todo hipertenso se debe evaluar la función sexual en el momento del diagnóstico y tras la introducción de nuevos fármacos.

La disfunción eréctil afecta claramente a la calidad de vida y su aparición, el antihipertensivo compromete la adhesión al tratamiento.

La evidencia disponible indica que los diuréticos, betabloqueantes, antiadrenérgicos de acción central y vasodilatadores son los fármacos más relacionados con la disfunción eréctil.

Los antagonistas de los receptores de la angiotensina ( telmisartan, valsartan) y la doxazosina ( carduran) pueden mejorar la función sexual en pacientes hipertensos.

Referencias:

– Mancfa G,et al. Reappraisal of European guidelines on hipertensión management: a European Society of Hypertension Task Force document, Journal of Hypertension 2009, 27:2121-21

HIPERTENSIÓN ARTERIAL Y DISFUNCIÓN ERÉCTIL A.J. Cuéllar de León; J.C. Campos González; F. Brotons Muntó, et alGrupo de Urología de la SVMFYC.

Tal vez te interesa leer:

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Síguenos en Facebook o en Twitter